-¡Cuando yo era joven e iba a algún sitio era
cuesta arriba…y cuando volvía también!
Pues si, ya no soy tan joven y sin embargo
sigue siendo todo cuenta arriba y yo ya no tengo las fuerzas ni la voluntad de
antes para seguir subiendo, siempre subiendo…a veces incluso escalando.
Estoy cansado y en ocasiones desearía, ya no
una cuesta abajo, sencillamente un llano que me permita pasear y contemplar el
horizonte respirando de manera tranquila y no jadeante, siempre falto de aire y
energía, con el siguiente tramo de cuesta como único horizonte.
Quizás es porque fumo…
Más bien creo que me falta el aire porque me
falta vida.
La ilusión de vivir se apaga consumida por el
huracán de la desidia y la falta de esperanza.
Como dije una vez, la esperanza ha sido
asesinada brutalmente por la verdad.
Y así me hallo fingiéndome vivo en publico,
muerto andante que ya empieza a oler, a desprender tufillo a degradación moral,
mental y emocional pero no físico, que ese aspecto esta muy cuidado, ¡válgame!
Y en lógica reacción los demás tienden a
alejarse del mal olor tapándose disgustados la nariz.
No se les puede culpar.
Debería darme una ducha, de esas largas e
introspectivas en las que, apoyado contra el embaldosado de la ducha, dejas
caer el agua sobre ti en una especie de intento trascendental de arreglar todo
lo que esta mal. Quizás, si lo intento suficiente, me acabe colando por el
desagüe y vaya a parar a un mundo donde
mi tufo sea solo una mera anécdota disimulada entre los mas insoportables
olores.
De una manera u otra lo más probable es que
acabe en la cloaca, húmeda, caliente, sofocante y seguramente terriblemente
desquiciante, ya sea por dolor, tortura, aburrimiento, soledad o infinito
tiempo para pensar.
Un cabezazo o dos a tiempo contra la pared te
libran de muchos malos momentos. Y es tarde, habrá que buscar otra solución que
bastante me duele ya la cabeza.
A fin de cuentas, creo que necesito perfumar
mi alma con el sutil aroma de la redención. Y solo hay un método efectivo de
redención cuando estas muerto en vida. Perfecto para agotados, atormentados,
sufridos, aburridos, reivindicativos y demás seres, valientes o cobardes, según
a quien preguntes, que tienen nada que perder y algo que ganar.
¡Que divertido es jugar a ser mayor!
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