viernes, 21 de octubre de 2016

Pez que lucha contra la corriente...

Continuar pese a la corriente
¿Que sentido tiene?
Si soy un pez inerte
Que espera su final

Morir es el curso natural
Toda vida acaba
¿Por que temer el final?
Cuando se agotan las ganas de luchar

Triste aquel que se resiste
Que niega la verdad
Que aun persiste
Sin nada que ganar

Déjate llevar
Acepta tu destino
Que te espera el mar
Donde todo acaba ya

Adiós pececillo
Que tantos ríos has de cruzar
Despídete ya

Del mundo que dejas atras

Adios

Adiós
Musita mi nombre
El más dulce adiós
Con el aliento de la muerte
Adiós
Abrázame, rodéame fuerte
En el bosque que nos vio nacer
Bajo estrellas del ayer
Que brillan mortecinas en declive

Que llegue el ocaso
Y lo cubra de oscuridad
Cientos de ojos se despiertan
Y observan con maldad
Nuestro refugio eterno
Más allá de la realidad

Ya el frió me entumece
Dame tu calor
Dame de beber tu alma
Y toma a cambio mi dolor
Róbame un suspiro de amor

Las sombras susurran mi nombre
Ya no esperaran más
Cúbreme en tu manto
No me dejes atrás
Llévame de la mano
A través del umbral

Adiós
Resuena ya en el eco del viento
Con displicencia y sin tormento
De mi, solo queda ya el recuerdo

martes, 11 de octubre de 2016

Como una gota

Gota a gota
Se vacía el cuerpo de vida
Se derrama entre los dedos
Formando ríos de pena

Gota a gota
Se colma el vaso de lágrimas
Oscuras y amargas
Tiñen de negro las almas

Gota a gota
Rezuma de veneno el corazón
Con su aroma y su sabor
Empaña el mundo en desazón

Y así, gota a gota
Se fue liberando la mente
De recuerdos y pesares

De todo el dolor latente

domingo, 9 de octubre de 2016

Tempestad

Sopla el viento. Un fuerte viento azota en el exterior, haciendo temblar las ramas de los árboles, restallando contra las ventanas y crujiendo en las esquinas.
Yo, al otro lado de esos cristales, que ahora se me antojan tan frágiles, observo entre en humo de un cigarro como entra por las rendijas que le he abierto. Quiero sentirlo, quiero que me acaricie esa brisa, quizás que me azote ese vendaval.
Dejo que recorra la estancia, que me envuelva mientras deseo que sea capaz de arrancarme los malos pensamientos y llevárselos lejos, donde quiera que vaya.
Amenaza tormenta…
Mirando en derredor, todo parece mas ajeno que de costumbre. Empiezo a mentalizarme que nada estará ahí para siempre, de una manera demasiado drástica y brutal, el desapego al mundo me golpea sin avisar. Objetos y personas se vuelven mas insustanciales, se devalúan y a mi me da igual.
Apuro otra calada mas, el tabaco no me va a matar esta noche. En el humo, si uno sabe mirar, pueden verse más formas de las que parece. En el humo que se escapa entre los labios, están los deseos más profundos que escapan al mundo tratando de hacerse realidad. Y divago…
A veces solo me dejo llevar. Unas de mano de la tristeza, otras de la locura, otras del deseo, otras…otras veces la oscuridad y el desconcierto me arrastran a mundos desconocidos para mí.
Ahora estoy en paz. Sopla el viento y rivaliza con mi tempestad. Sopla fuerte y quizás no este fuera su lugar, puedo verlo, oírlo y sentirlo, quizás…solo deba dejarlo salir.
Un suspiro se me escapa en la tempestad, como una gota de agua en el mar con su débil eco en la inmensidad.

Solo es otra noche de otoño más.