lunes, 25 de diciembre de 2017

Siempre

Aquí me encontraras
Aferrado a tu recuerdo
Pues ya no hago mas
Solo aguardo tu regreso

Reviviendo cada día
Los momentos que ya fueron
Anclado en la desidia
De emociones que murieron

¿Y ahora donde estas?
Yo aquí te espero
Donde siempre encontraras
A tu fiel compañero

sábado, 23 de diciembre de 2017

Maldita luz

Luz infecta que se cuela en los recovecos de mi mente.
Deja de ofuscar mis pensamientos.
No deseo despertar con la fingida
ingenuidad de la inocencia.
Pues en mi corazón anida la sombra ignominiosa.
Que hasta la luz engulle y destroza.
Abominable claridad que intentas disuadir mi razón de sus verdades.
Y alterar mi voluntad de sacrificio con ardides.
Con susurros viperinos en cada uno de los rayos que penetran en mi alcoba.
No consentiré tu engaño ni falacias.
Ni me distraerán tus efímeros halagos.
Que yo con fuerza vapulearé hasta mi ultimo aliento.
Sabiendome poseedor de la mas oscura verdad.
Poderosa sed del sufrimiento sin par que brama necesitado de continua agonía.
¡Yo te rechazo, adalid de las mentiras y artimañas!.
Jamas caeré en el sopor de tu indulgencia.
Ni tus rayos ni tu calor, ni la falsa sensación de comodidad que traes.
Podrán hacerme olvidar
Que yo soy el infinito vacío que todo lo devora.
Que la noche me brinda en sus nebulosos brazos los jirones negros de mi alma.
Para que pueda con ellos tejer mi realidad, única e incuestionable.
Para que ese manto me proteja al terminar, de cada irremediable nuevo amanecer.
Y preserve en mi interior la certeza de un dolor interminable.
Que resuena en derredor dejando una estela de tristeza, como huellas arrastradas por la nieve.
Del mismo frío que envuelve mi corazón, hielo perpetuo.
Repeliendo así todo atisbo de un final.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Breve muerte para el alma

La esperanza es un cáncer en el alma del ser humano.
Crece con cada nueva ilusión rota, con cada decepción, cada fracaso, hasta el mas intrascendente, con cada sueño no cumplido.
Y devora lentamente la esencia de la persona, consumiendo sus fuerzas en una lucha infructuosa avocada de antemano a la perdición.
Día tras día menguan las fuerzas y se debilita el cuerpo. Con el alma enferma nada puede salvarte del abismo.
La esperanza, que te apremia a que continúes, que te impulsa al borde del precipicio, moviendo unas piernas fatigadas con la voluntad del moribundo.
La esperanza, que no te consiente descanso y niega la tranquilidad de saber que todo a terminado.
¡Maldita esperanza!, aléjate de mi y permite el suave reposo de la calma, pues no hay ilusiones que cumplir en un mundo frío e inerte, abandonado a la soledad de la incomprensión, abandonado...a un sufrimiento sin final.
Esperanza, alimento envenenado de un cuerpo efímero que subsiste por tu voluntad. de un rostro demacrado, unos ojos ausentes y vidriosos que miran fijos a un mundo irreal, creado por tus mentiras, esperando algo que jamas será.
Esperanza traicionera, déjame en libertad y permite que el vacío se lleve por fin mi alma y mi cuerpo a la nada, donde debe estar.